lunes, 8 de abril de 2013

Ames Ice Hose WI5, M6, R, Trad



Este año fue una temporada muy seca por lo que la mayoría de las cascadas a los alrededores de Ouray no tenían el hielo que normalmente tienen, escalar algunas de estas requirió la técnica de la escalda en piedra con crampones y piolets: “drytooling”.

Después de informarnos y darnos cuenta que el único ascenso de la temporada lo había hecho Steve House junto con Hayden Kennedy y Kristo Torgensen hace algunas semanas, contactamos a Steve para tener una referencia de las posibilidades de protección y así definir el rack que llevaríamos. Analizamos la cascada desde un mirador cercano y nos dimos cuenta del nivel que necesitaríamos para escalarla. Desde un principio fue una ruta que Javier y Yo (Daniel) deseábamos escalar y nos la habíamos puesto como objetivo para antes de regresar a México por lo que el 24 de enero, 2 días antes de nuestro regreso, decidimos hacer un intento.

La ruta es la lengua de hielo que corre del triangulo de arboles en la parte superior de la pared, seguida de la chimenea llegando al colador de nieve ne la parte inferior.


Salimos del estacionamiento, caminamos una hora y media y estábamos a la base de la ruta. Identificamos los 3 largos y sin pensarlo dos veces empecé a escalar, después de 5 metros conseguí colocar un pitón y continúe escalando por el conjunto de grietas hasta tener que empezar una travesía hacia la izquierda para llegar a un slab con pocos lugares donde colocar los piolets o los crampones ni donde colocar una protección por 6-7 metros hasta que llegue a la primer reunión a la base de la chimenea (1 bolt y un pitón viejo). A donde momentos más tarde llego Javier asombrado por ese último paso antes de llegar a la reunión.

Javier y Yo en la primer reunión impactados por el largo que seguía, simplemente no se veía por donde podríamos empezarlo.


Era su turno de puntear pero no se sentía tranquilo, no veíamos donde proteger los primeros metros y las paredes de la chimenea se veían muy lisas. Después de algunos minutos decidió no puntear el segundo largo por lo que me quite la chamarra de plumas, aliste el rack y estaba listo para empezar. Escale algunos metros y llegue hasta una chorrera de hielo de un metro de alto, 40 cm de largo y máximo 15 cm de ancho donde metí un tornillo, el primero y único en este largo. Escale la chimenea cambiando de lado la espalda de acuerdo con los apoyos para mis crampones y algunas veces clave mis piolets en el musgo congelado al final de la canaleta.  Las protecciones fueron escasas y la mayoría no muy confiables, probablemente solo 4 o 5 de las 13 protecciones que coloque me habrían aguantado una caída, al colocar una de las protecciones la grieta se abrió y tire un bloque de piedra del tamaño de una televisión que afortunadamente paso a metros de Javier. Después de 50 metros llegue a la reunión (2 bolts).

Javier escalo hasta la reunión la cual se encontraba al final de la canaleta/chimenea, era un lugar expuesto para asegurar el siguiente largo así que decidimos escalar unos metros más hasta una repisa donde encontramos otros 2 bolts, desde ahí empezaríamos el ultimo largo. 


Vista hacia abajo desde la segunda reunión.


Sacamos los tornillos de la mochila y comencé a escalar una película de hielo muy delgada que debía golpear muy finamente para evitar el desprendimiento de la placa y así mi caída, las puntas de mis piolets entraban entre medio cm y un cm en el hielo, hasta que después de 7 metros pude colocar mi primera protección; un tornillo de 10 cm a un costado de dos hoyos de tornillos colocados anteriormente.

Mi mente descanso pero continúe escalando en hielo cada vez mas sólido. Estaba muy concentrado y colocaba protecciones con cierta frecuencia, cada 3 metros aproximadamente. Después de 40 metros me quedaba un tornillo y 5 metros por escalar para encontrarme en terreno que podía pararme, lo coloque y escale esos últimos metros.


Daniel escalando el ultimo largo.


Estaba en terreno seguro, llegue a un árbol desde donde hice reunión para que Javier escalara el hielo, minutos después llego Javier. Estábamos muy contentos por haber logrado escalar esta cascada, había sido un sueño y se cumplió después de un gran esfuerzo. De inmediato comenzamos el descenso y después de 3 rapeles estábamos en terreno firme, caminamos de regreso al estacionamiento con una gran sonrisa en la cara, lo habíamos logrado.

Días más tarde nos enteramos que nuestro ascenso fue el tercero de la temporada ya que otro guía local la había ascendido hace algunos días.
  


Por: Daniel Araiza Chávez


domingo, 7 de abril de 2013

Ouray, Colorado 2012-2013



Hacer una reseña de un viaje de 5 semanas, donde se incluyan todas las experiencias, emociones, logros y caídas, resultaría un tanto pesado, tedioso para el lector y comprometedor, ya que se corre el riesgo de ventanear a uno que otro amigo con alguna que otra anécdota fuera de lugar. Así que trataremos de hacerla lo más completa y digerible que se pueda.

Creo que los viajes constan de etapas, y cada una de ellas es testigo de diferentes escenarios. En un viaje tan largo hay un poco de todo: se está contento, enojado, cansado, hiperactivo, se escala bien y se escala mal… pero para hablar de este viaje lo haremos en términos más generales.

El camino: 

12 horas manejando la camioneta, con sus debidas descomposturas, nos pusieron a los pies del cerro del Toro, en Hidalgo, Monterrey. Potrero Chico es una zona de escalada deportiva y tradicional famosa en todo el mundo alpino, algunos de nosotros nunca habíamos estado ahí, y el despertarnos y voltear a ver semejante mole de piedra causo bastante impresión y más de un “ay güe…” pero para esto entrenamos, con esa idea empezamos a planear con tanta antelación. En 2 horas estábamos desayunados y con las mochilas a la espalda animadas por el tintineo de mosquetones golpeándose. Música para nuestros oídos.

No voy a decir que no me dio nervio voltear hacia arriba y ver 300 metros de pared esperándome, sin embargo uno no sabe ni cuándo y ya está aferrado a la piedra. La sangre corriendo en los antebrazos, el sudor en la cara y las manos blancas por la magnesia parecen reaccionar por si solas, una vez entrado en calor no hay nervios, no hay un voltear abajo y admirarse… no es ni siquiera la vista lo que está en mi cabeza, solo un trance silencioso que dicta cuál será mi próximo movimiento. En unas cuantas horas estoy al final de la ruta, ahora si volteo y disfruto de semejante paisaje. Estoy rodeado de piedras y horizontes, y como si nos hubiéramos sincronizado veo a uno de mis compañeros terminando su propia ruta, a 300 metros de altura nos separa un abismo. Y entonces te das cuenta de que estás siguiendo los pasos correctos, que no hay mejor lugar donde preferiría invertir ese instante.

Pasan los días y por una semana nos enfocamos a la piedra, probándonos a nosotros mismos que el entrenamiento fue suficiente y que nos sentimos fuertes. Fue una semana llena de pequeños triunfos y seguimos nuestro camino dando el primer paso firme y con la derecha.

Daniel Araiza y Jose Vega en Estrellita


Cerramos la semana en Potrero con Time Wave Zero, 750 metros de altura, 23 largos, dos días y la noche más fría que pasamos en toda la vacación. Dejamos el campamento no sin despedirnos de algunas nuevas amistades y una gran lista de rutas pendientes, definitivamente nuestro país cuenta con un gran potencial para el desarrollo de este deporte.


Camino a la tierra blanca:

Habrán sido unas 20 horas de ver pasar diferentes paisajes, del desierto mexicano la ciudad, de la ciudad a la frontera y sus policías con aires de superioridad, de la frontera a los McDonalds… de vuelta al desierto. Poco a poco van blanqueando los horizontes, las montañas nevadas van asomándose poco a poco y detecto un brinco de emoción y asombro en mi cabeza. Empiezo sentir que me acerco a terreno conocido.

Se acabaron las grandes ciudades. Llegamos a la que será nuestra casa por las siguientes 4 semanas, la famosa “million dollar highway” con sus barrancos laterales de 300 metros y sus derrapones al borde del abismo, nos sirvió para detonar en nosotros el espíritu de aventura. Un camino bordeado de nieve y una terraza con vista a la montaña nos reciben.

Cascade Falls, una de las cascadas escaladas.


Al siguiente día, después de hacernos de los víveres básicos y dar una vuelta por Ouray, nuestro nuevo pueblo, celebramos el inicio de un año que promete traer para nosotros experiencias curtidoras de piel, paisajes y vivencias destinadas a dejarnos marcados de por vida. Amanecemos y como primer día del año lo dedicamos a revivir el sonido del piolet contra el hielo.


La escalada:

De pronto el sonido del agua contra la piedra comienza a enmudecer, un helado instante soldifica cada gota antes de llegar a impactarse con el suelo. Ahora el silencio absoluto, lenguaje de aquellos gigantes de hielo…”

Voltear hacia arriba y ver aquellas paredes es algo impresionante, si no supiéramos que pueden escalarse probablemente trataríamos de loco al primero que lo mencionara. Se siente raro comenzar a escalar en hielo de nuevo, nos cuesta un poco recordar los movimientos y agarrar ritmo. Así transcurren los primeros 3 días, la cuerda nos sostiene desde arriba asegurándonos un ascenso tranquilo y sin sobresaltos, los huesos se desoxidan y los músculos recuerdan movimientos no practicados por algún tiempo.

Eduardo escalando en el parque

Al cuarto día una nueva fuerza nos posee. Es momento de forzar nuestro cuerpo y mente a dar un paso más. Comenzamos a puntear las primeras rutas. Ahora la cuerda se enrolla bajo nosotros esperando que nuestros movimientos la eleven. Claro que hay nervio, tal vez un poco de inseguridad y brazos cansados, pero poco a poco vamos encontrando ese trance que nos hace sentir que cada movimiento nace de una sola naturaleza donde nuestra mente va unida a la ruta. Cada vez los controlamos más y poco a poco nos atrevemos a soñar un poco más alto.

Dos semanas son suficientes para sacar lo mejor de nosotros. Ahora sabemos de lo que somos capaces, aunque estamos abiertos a forzar nuestras capacidades al límite. Ahora volteamos hacia el terreno mixto y los multilargos, esta parte es la que nos acercará a las experiencias que buscamos. Las rutas se elevan más allá de los 200, 400 metros. Lo que antes era un intenso pero corto escalón de 40 metros se transforma ahora en cascadas que nos obligan a forzar la vista.

Javier en el crux del primer largo de Skylight

Lo que una vez planeamos como una actividad que nos alejara de la rutina y calmara nuestras mentes se ha convertido en el pan de cada día. Los días transcurren entre nuevas cascadas y experiencias. No hay noche que no platiquemos y nos riamos. Hay entre nosotros chefs dignos de la alta cocina francesa y cenamos como romanos todos los días. Apenas suficiente para recuperar energías y mantener el ritmo.
Parecería que nuestra rutina es la escalada, la adrenalina, el compañerismo, los pleitos y las reconciliaciones rápidas. Y si así lo fuera, ¿Qué mejor manera de invertir cada día?

Tal vez vengamos de un lugar completamente distinto, y por ahora necesitamos vivir cada semestre o año con estas experiencias solo en la mente, para hacerlas cobrar vida cuando llega el momento de estar en la montaña, o en la pared aferrado a los piolets. Pero nos damos cuenta que esta manera de ser va formando nuestra manera de ver el mundo, que por cierto está lleno de analogías. Es posible analizar los problemas como nuevas cascadas de hielo. Ser sinceros como lo es una montaña al decirnos que podemos y que no podemos hacer, no sin recordarnos que es lo que nos hace falta. Se ha convertido en nuestra forma de ser. Buscamos el crecimiento a través de nuevas experiencias alpinas, aunque tal vez solo sean el pretexto para seguirnos moviendo y ver nuestra vida desde horizontes más altos.

Carlos en Mighty Aphrodite

Se termina nuestro tiempo en Colorado, hemos cumplido la mayoría de nuestros propósitos, sin embargo venimos aquí para probarnos que somos capaces de hacer lo que no imaginábamos, así que para terminar el ciclo cada quién se pone una meta y le pone nombre. Mediante una reunión, sin mucho debate salen 3 nombres que encabezan la lista: Bridalvail, un clásico de la escalada en hielo WI5-6, Ames Ice Hose, WI5, M6, R, Trad, este año en condiciones “inescalables” según las palabras de algunos guías locales, “posible e innovador” según los más aventureros, y Attractive Hazard WI4-5, M6, R, Trad, una nueva ruta abierta por nuestro amigo Eric Wright, descrita por el como la más cercana a la norte del Eiger en la región.

El primer objetivo falla, Bridalveil está tirando demásiada agua, Eduardo y Carlos pasan las 2 horas más frías de sus vidas después de una impresionante escalada en el primer largo. Deciden bajar, pero les toma alrededor de una hora poder armar un punto seguro para rapelear. Una imagen muy viva en mi cabeza es la de tener que abrir la mochila de Eduardo con el martillo, ya que estaba completamente cubierta de hielo. No decae el ánimo, aunque Bridalveil nos tenía a todos emocionados, estar parado de frente a esta cascada provoca la sensación de tener un hoyo en el estómago, el que diga que no es un mentiroso.

Daniel Y Javier van ahora por Ames Ice Hose, El primer ascenso de la temporada lo tiene Steve House, reconocido como uno de los mejores alpinistas de la última década y el segundo lo realiza otro guia local. A final de cuentas, por qué no hacerlo? Que hay de malo con asomarse a aquello que se sale de lo cotidiano? Definitivamente no se pierde nada. Parten temprano con esta idea, durante todo el día no tenemos noticias de ellos. Llega la noche y comenzamos a preocuparnos. De pronto se abre la puerta y cuando vemos sus caras sabemos se adivina la expresión de quién ha descubierto algo nuevo. Después de todo, no somos nosotros quienes escribimos nuestra historia? No podemos romper los pronósticos?  Lograron lo que incluso a nosotros nos parecía difícil creer.

Al día siguiente, con un ánimo renovado, partimos Carlos, Eduardo y yo hacia Attractive Hazzard. La caminata es larga y nadie parece haber pasado por ahí en toda la temporada. Una hora de batalla con la nieve hasta la cintura nos pone de frente a la ruta. No me voy a alargar describiendo todos los movimientos y pasos, ya habrá tiempo de escribirle su propia reseña. Pero lo que caracterizó a esta ruta fue la incertidumbre, la emoción y una adrenalina prolongada provocada por los “exploding holds”, rocas que de nada más tocarlas se desprendían poniendo en riesgo tanto al escalador como a los dos que lo aseguraban desde abajo. Hubo caídas, golpes de piedras, nieve muy profunda, pero hubo también una férrea voluntad por terminar la ruta, que en ningún momento dejo de divertirnos ni permitió que llegáramos a nuestra “Zona de Confort”. Ha sido sin duda una de las escaladas más emocionantes y entretenidas que he hecho. Llegamos de vuelta a la camioneta cuando ya la luna se reflejaba en la blancura del paisaje, para mi esta última caminata representó la despedida de este impresionante lugar. Por lo menos por esta temporada.

Santiago en el 4to largo de Attractive Hazzard

Al día siguiente empacamos el equipo, hicimos mochilas y emprendimos el camino de vuelta armados de unos sándwiches de atún y otros de Peanut Butter con mermelada (base de nuestra alimentación en los días de escalada).Esto reforzado con un kilo de garbanzos y medio de frijoles fue para nosotros el único alimento necesario para sobrevivir las 36 horas de viaje para llegar a Guadalajara.

Listos para partir..

Ahora nos espera un semestre intenso, hay que entrenar, conseguir patrocinios, estudiar, trabajar, ser amigo, hijo y alpinista. Sin embargo cada una de estas experiencias nos va haciendo más fuertes. Algún día escribí que mientras hubiera una expedición como objetivo, lo que hiciera no podía estar mal, hoy lo sostengo, el pensar en las montañas me ha mantenido seguro en mis pasos. Es la manera que elijo para disfrutar la vida.



Por: Santiago Jaime Barragán

Agradecemos a nuestro patrocinador VertiMania por el apoyo para la realización de este proyecto, facilitándonos equipo de la mejor calidad para llevar a cabo las escaladas realizadas y así seguir pudiendo perseguir nuestro sueño. Gracias VertiMania!

También queremos agradecer el apoyo de nuestras familias que aunque se queden muy preocupadas a nuestra partida confían en nosotros y nos apoyan incondicionalmente.


sábado, 13 de octubre de 2012

Curriculum


Cordillera Central de Alaska. 2012
Denali/Mckinley (6,194 msnm) IV, 2900 mts.





Cordillera Blanca Perú. 2011
Chacraraju Este (6,001 msnm) ED1, 750 mts.

Llegamos a la Laguna del 69 (campamento base) la cual me impacto con su hermoso azul diferente a todos los que había visto en otras lagunas, lleno de vida. Y detrás de ella el vertical e imponente Chacraraju. Montamos campamento y subimos a reconocer la ruta para atravesar el glaciar, había huellas de algunos días atrás y no eran las de Diego y Pedro Corcuera que lo habían intentado como dos semanas antes. Aprovechamos para subir algo de equipo, el cual dejamos en el sitio que realizaríamos el vivac al día siguiente. Bajamos y descansamos.


Al día siguiente comenzamos el ataque. Salimos como a las 12:00 a.m., llegamos al sitio del vivac y comenzamos a derretir nieve para hidratarnos antes y durante el ataque. Empezó a nevar, pero a la hora y media ya había pasado la tormenta. Cenamos y nos acostamos (7:00 p.m.) A eso de las 9:00 ya estábamos calentando agua para nuestras camelbacks, tomamos 1 litro de té cada quien y nos alistamos para salir. Salimos a las 11:30 p.m., llegamos a la base de la pared y comenzamos a escalar (Diego de punta), íbamos en simultaneo, cruzamos la rimaya y continuamos. La escalada era continua a 70° con tramos de nieve floja pero a medida que avanzábamos estaba más dura y comenzaba a aparecer el hielo, después de 350 metros Diego hizo reunión y continúe yo por delante unos 100 metros más hasta llegar a la base del último largo que habían logrado Pedro y Diego, recupere la cuerda hasta que diego llego a mi reunión. 


Era un largo de hielo bueno pero delgado y con piedra debajo. Punteo Diego y lo hizo muy bien, controlado y bien protegido, hizo reunión y lo alcance. Le siguió una travesía a la derecha hasta llegar a una rampa de hielo, yo la puntie, fue algo expuesta pero muy divertida, llegue a la rampa y continúe hasta donde mis pantorrillas me lo permitieron. Nos encontrábamos en la base de 2 coladores uno corte de hielo extraplomado y el otro de hielo vertical con algo de piedra. Diego estaba cansado y era su turno de puntear, si el punteaba iríamos más lento así que comencé a escalar. 

Tome el colador de la izquierda, el principio fue duro porque había placas de hielo frágiles, coloque un tornillo y continúe, alcance una delgada rampa de hielo duro que bajaba por el colador, avance y el colador terminaba en una pared vertical de nieve y piedra suelta, hice travesía a la derecha a encontrarme con el otro colador y vi no solamente que podía hacer reunión para que Diego me alcanzara, también vi la salida al zerac que cubre la cumbre. Diego me alcanzo y punteo el siguiente largo, algo positivo con piedra y nieve. Hizo reunión y lo alcance. Puntie lo que sería el ultimo largo haciendo travesía y ganando una rampa de hielo cubierta por una placa de 40 centímetro de nieve suelta que nos llevaría a la arista.


Llegamos a esa nuestra cumbre, ya que subir nos habría tomado mucho tiempo además que era bastante expuesto, eran ya las 15:30. Unas fotos, video, nos pusimos calentadores en los pies y comenzamos el descenso. Yo hice los avalacops y solo me equivoque en uno (el ultimo) pero lo volví a hacer. Nunca me habían salido tantos y tan seguidos, me sentía iluminado. Nos obscureció a la altura del 1er largo técnico y minutos después comenzó a nevar, continuamente caían avalanchas de nieve-polvo que nos descontrolaban y nos alentaban. De repente soplaba el viento y el frio en nuestros cuerpos aumentaba.

Después de un último rapel y haber desescalado 30 mts estábamos en la rimaya, la cruzamos y nos dirigimos al sitio del vivac. Eran las 12:50 a.m. (25 horas y 50 min después de haber empezado el ascenso) y estábamos a salvo en nuestros sleepings. Pasamos una noche fría pues nevó mucho, amaneció y seguía nevando, yo quería bajar, a media tormenta, empacamos y bajamos a campo base


Cordillera Blanca, Perú. 2010
Pisco (5,752 msnm) MD+/ED1, 450 mts.


Nos encontrábamos Eduardo Ibáñez, Santiago Jaime, José Vega y Yo (Daniel Araiza) en el campamento base del Pisco (4,665 msnm) y nos preparábamos para unos de nuestros objetivos; el Pisco por su pared sur con 450 mts de desnivel, entre 60° y 75° de inclinación con paso de 70 mts a 90° de hielo fino con piedra debajo. Estuvimos unos días esperando que el cuerpo siguiera aclimatándose y que el clima se calmara un poco pues habían estado apareciendo nubes bajas con amenaza de precipitación.

Finalmente salimos a la pared, para llegar a la base de esta  fue una larga y expuesta travesía en un glaciar muy fracturado lo cual nos tomo 7 hrs. Una vez en la base comenzamos a escalar (en cordadas de 2 Santiago-Eduardo y José-Yo) aseguramos el primer largo de 60 metros y después continuamos escalando en simultaneo por los siguientes 140 metros de ahí nos aseguraríamos de nuevo pues la nieve era aguada y era difícil proteger, llegamos al “crux” de la ruta el cual fueron 70 mts de una escalada técnica totalmente vertical, la primera parte en hielo fino con roca debajo  y la segunda un hielo podrido con mucho desprendimiento. 

Terminamos esta sección y llegamos a la canaleta que nos llevaría a la cumbre, esta era de nieve-azúcar con dificultad de protección y desprendimientos continuos. Finalmente nos encontrábamos debajo del zerac de la cumbre cuando se nos hizo de noche. A 40 mts de la cumbre estábamos cansados mas mental que físicamente. El ultimo largo fue la rampa de piedra de 30 metros y el resto una rampa de nieve que nos coloco en la arista a unos metros de la cumbre. Después de 15 horas en la pared pisar la cumbre no nos importo mucho y decidimos descender al campamento, después de 26 horas estábamos de regreso en el campamento.



Cordillera Blanca, Perú. 2008
Alpamayo (4,947 msnm) MD+ 550 mts.

¿Quienes somos?


LINEA DIRECTA.


La Linea Directa es un proyecto de montaña ambicioso de largo plazo que sirve como punto de encuentro para personas apasionadas con la práctica del  alpinismo extremo y a la vez comprometidas con la formación de nuevos y mejores alpinistas mexicanos.

Buscamos hacer alpinismo en su esencia más pura, nosotros y la montaña. Vivimos inspirados por los grandes alpinistas de la historia, y desde nuestras circunstancias, soñamos con escalar en estilo alpino las montañas más altas y difíciles del planeta. 

La Linea Directa no es un programa de estudios, ni una agencia de viajes. La LINEA DIRECTA es un lugar donde compartimos nuestras experiencias, nuestro conocimiento y nuestra forma de abordar la vida.


LA RAZÓN DE SER.

Hasta hace pocos años el modelo de aprendizaje era prueba y error, sin conocer a nadie que nos pudiera orientar en el proceso de comenzar a practicar el estilo alpino. Con el tiempo hemos comprendido que los mejores alpinistas del mundo lo son porque entrenan con gente de su mismo nivel o por encima. No solo físico y técnico, sino mental.  Por eso están donde están. Al final te conviertes en lo que haces, te conviertes en aquellos con los que te juntas. Por eso nos rodeamos de gente que nos exige ser en todos los aspectos, mejores.

Esta es el la razón de ser del proyecto. Queremos que la LINEA DIRECTA siente el precedente para las nuevas generaciones sobre una nueva forma de aprender a hacer alpinismo en Jalisco. Que dejen atrás el modelo de prueba y error sin rumbo, y comiencen una formación mucho más enfocada, sistemática y eficiente como alpinistas.


INTEGRANTES

Nombre- Eduardo Ibáñez Araiza       
Nacimiento- 14/08/1991
Aspirante de Ciencias Atmosféricas (UNAM)


Nombre- Santiago Jaime Barragán
Nacimiento- 05/10/1990
Estudiante de Ingeniería Industrial (Iteso)


Nombre- Daniel Araiza Chávez
Nacimiento- 03/03/1989
Estudiante de Lic. En Arquitectura (UdeG).


Nombre- Pedro L. Corcuera Wenzel     
Nacimiento- 01/11/1982
Ingeniero Industrial (Iteso)


Nombre- Diego E. Wynter Blanco       
Nacimiento- 30/10/1985
Ingeniero Industrial (Iteso)


Nombre- Carlos Petersen Castiello
Nacimiento- 16/12/1987
Estudiante de Ingeniería Ambiental (Iteso)


 
 Nombre- Javier Torres Aguirre
Nacimiento- 14/12/1986
Estudiante de Ingeniería Industrial (UP)

viernes, 12 de octubre de 2012

Alpes2013-Las grandes paredes


-Objetivos


Con más de 500 kilómetros los Alpes son una importante cadena montañosa situada en Europa Central. Es hogar de los picos más altos, de los glaciares más grandes y de las caras de roca más escarpadas del continente, además de ser las montañas con mayor grado técnico del planeta.

Las grandes o clásicas caras norte de los Alpes (Grandes Jorasses, Cervino, Eiger, Cima Grande di Lavaredo, Petit Dru y Piz Badile) fueron en su tiempo las más difíciles de los Alpes y fueron las últimas en ser ascendidas en un tiempo de guerras y lucha por la inmortalidad. Gaston Rébuffat, un guía de montaña de Chamonix y célebre alpinista francés, fue el primero en escalar con éxito las seis caras norte. El objetivo de esta expedición es escalar las 3 primeras, conocidas como "la Trilogía" ascendidas por primera vez en los años treinta, después de numerosos intentos y dramas, son la joya del alpinismo de dificultad.


-MATTERHORN (Cervino) 4,478 msnm
Zmuttgrat D+, 5.7, 1200m. 



Escondida entre las nubes y bastante difícil de ver, su forma única la ha convertido en una de las montañas más famosas del mundo y en un emblema icónico de los Alpes.

Gaston Rebuffat, icono y maestro del alpinismo, cita en su libro “Hombre y el Matterhorn”:  “Cuando alguien en mi familia pronunció la palabra “montaña” mi imaginación de niño creo la imagen correspondiente, vi una pirámide, bella como una flecha de piedra, apuntando hacia el cielo (…)El  Matterhorn no puede parecerse a otro pico, es el modelo, el molde se ha roto y no hay aún ninguna copia. El Matterhorn es único! ”



MONT BLANC 4,810 msnm
Pillier Rouge du Broulliard-Bonatti/Oggioni Route TD+, 1100 m. 



Considerada como la cuna del alpinismo y rodeada de valles con numerosos glaciares es la montaña más alta de los Alpes. El macizo se extiende desde el Valle de Aosta, en Italia y de Alta Saboya, en Francia. La cima es compartida entre Italia y Francia. Según las creencias existía un reino encantado en la cumbre, donde estaba la “diosa blanca”, que hilaba el destino de los habitantes del valle.  Estas debían ser respetadas y veneradas, ya que las cumbres emitían un tipo de influencia, una fuerza sobrenatural, que guiaba a los hombres sin que ellos lo supieran.





GRANDES JORASSES 4,208 msnm
Walker Spur-Cassin route TD+/ED1, 1200 m.


Se calcula un día y medio para los 1200 metros de desnivel de la pared. Una finísima línea de roca y hielo fue la que llevó a su conquistador, Ricardo Cassin, a su cima.  Son frecuentes las caídas de roca después de la tormenta, por lo que es preciso permanecer alerta en todo momento.

El itinerario parte del  Refugio de Leschaux, situado a unas cuantas horas de Chamonix, de ahí se atraviesan cuatro kilómetros y medio de glaciar esquivando grietas y hielo frágil  para llegar a la base del gigante de piedra. Comienza la escalada. Se escala directamente hacia la cima esquivando los resaltes más verticales pero siempre volviendo al filo del espolón.

Hay que subir por grietas, “columpiarse” a 500 metros de altura para superar las dificultades de la ruta, escalar algunas pendientes cubiertas por el hielo adherido a la roca y, al final, una tranquila caminata hacia la cumbre del espolón Walker.




EIGER 3,970 msnm
North Face-Harrer/Kasparek/Heckmair/Vörg Route ED2, 1800 m. 


Posiblemente la ruta más oscura, en todo el sentido de la palabra, de las 6 clásicas. El “ogro” ha logrado conservar su fama de misticismo y dificultad a través de los años. Es una montaña cubierta de historias de tragedia y éxito, escalada en su tiempo por la gloria y la grandeza y hoy en día por tributo y reto.

Después de 1932 sólo quedaba un último problema por resolver y cerrar así la conquista de los 6 diamantes de los Alpes, la Nordwand (nombre original de la cara), prohibida en cierto momento por las autoridades Suizas, no fue escalada sino hasta 1938 por dos alemanes y dos austriacos (Harrer, Heckmair, Vorg y Kasparek) quienes lograron la cumbre en un ascenso épico y casi letal.